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Los periodistas están en vías de extinción. Ignacio Ramonet.


El artículo de Ignacio Ramonet “los periodistas están en vías de extinción” fue escrito en 2002, pero bien puede aplicarse actualmente, 13 años más tarde. En este texto escribe sobre el trabajo de los periodistas, el cambio del funcionamiento de la profesión de los mismos y de cómo el profesional actúa al adaptarse a estos cambios.


Comienza explicando que tanto la calidad del trabajo de los periodistas como su estatus social se encuentran en regresión. Coincido totalmente con él en este punto. Los trabajos en los medios de comunicación están cada vez peor considerados. La carrera de Periodismo es de las menos respetadas y el hecho de mucha gente se dedique a esta profesión sin título favorece está infravaloración, ya que en los ámbitos laborales más “serios” resulta imposible ejercer sin título que te acredite como profesional.


El autor comenta también tres aspectos que afirma que caracterizan la comunicación: la abundancia de informaciones, la rapidez de las mismas y su ausencia de valor por sí misma. Ya expuso estas características en 1997, en los encuentros “Sur y Medios de Comunicación”.


Con las nuevas tecnologías, la globalización y la multiplicación de los medios y facilidades para acceder a ellos, disponemos de una ingente cantidad de información. Ignacio Ramonet se cuestiona que, como suele decirse, mayor información signifique mayor libertad. El periodista explica que en vez de aumentar el conocimiento de la realidad, debido a la sobreabundancia de informaciones crece la confusión: “la forma moderna de la censura consiste en añadir y acumular información en vez de en la supresión de la misma”, afirma.


La velocidad a la que actualmente se someten los medios de comunicación está provocando que el periodismo tienda a convertirse en un simple vehículo. Es el canal que enlaza el suceso y su difusión. No tiene tiempo de filtrar, de comparar, contextualizar o analizar los datos y explicarlos, lo que es parte de su tarea, ya que la constante actualización le exige la máxima velocidad posible y que trate de adelantarse los otros medios.


Asimismo, la información se ha convertido en una mercancía, carece de valor por sí misma y está sometida a las leyes de la oferta y la demanda. La comunicación se ha convertido en un negocio y reclama rentabilidad inmediata. Esto provoca un conflicto en las prioridades de los periodistas, quienes tienen que escoger entre las órdenes de relatar ciertas noticias y de un modo en concreto, o de situar la ética en primer lugar y reivindicar y defender la conciencia social que debería tener cualquier periodista.


La información no sólo está sometida a las leyes de la oferta y la demanda, también se subordina al principio de la actualidad. Este explica que el medio de comunicación dominante marcará lo que diga el resto de medios. Tal y como la teoría del agenda-setting, los medios (y el gobierno) son los que deciden lo que es noticia, lo ha de difundirse y lo que debe conocer y creer la gente sobre aquello que difunden. Noam Chomsky apoya esta idea en su ensayo Los guardianes de la libertad (1988) y afirma que la agenda-setting es una "alianza tácita que existe entre el gobierno de un país y los medios de comunicación para comunicar a los espectadores, oyentes o lectores de un determinado medio sólo lo que interesa, y ocultar al máximo lo que puede resultar peligroso o perjudicial para la estabilidad que ellos creen la correcta para su país".


Otro de los aspectos que trata Ignacio Ramonet y considero esencial es la utilidad de la información. El autor dice que debemos preguntarnos para qué es la solución el periodismo, y que, si podemos responder a esa cuestión, el periodismo sobrevivirá. Se está extendiendo la idea de que el periodista no es necesario, que el público puede informarse solo sin necesidad de un intermediario. Esto se debe, en gran parte a que se impone la idea de autoinformación. Los medios tienden a poner lo más en directo posible a los ciudadanos con los sucesos ya que el público se cree más lo que ve que lo que les cuentan. Este pensamiento es muy peligroso, ya que, al fiarse más de las imágenes, la gente es menos consciente cuando es manipulada de este modo al creer que están viendo los sucesos cuando lo que ven es la parte del acontecimiento que el medio ha decidido mostrar y del modo en el que el medio ha escogido contarlo.


En definitiva, las previsiones de Ignacio Ramonet sobre el futuro del periodismo y los medios de comunicación en general no sólo se han cumplido, sino que siguen el mismo curso y hasta se han acentuado. La situación dentro de otros quince años está aún por ver, aunque teniendo en cuenta que este modelo de comunicación favorece al gobierno y los mercados, es poco probable que cambie.

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